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Sus núcleos de población nos llevan de viaje a través de su historia. Proponemos una ruta dual en la que disfrutar de la
naturaleza, del patrimonio cultural y de la historia. |
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La ruta comienza en la aldea de Jolúcar, cuyo topónimo se deriva de términos árabes que posiblemente signifiquen
"lugar donde habitan las águilas", al cual podremos acceder por la carretera local GR-SE-26, en dirección a Lujar desviándonos por un carril de tierra, debidamente señalizado, por el que recorreremos unos dos
kilómetros para llegar a nuestro punto de partida. Jolúcar nos sorprenderá, es un paraíso perdido y ya prácticamente deshabitado, aunque llegó a tener, según nos cuenta Madoz en su diccionario geográfico de 1845/50,
unas 265 almas. |
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En este pequeño pueblo podemos disfrutar, en un entorno privilegiado, de actividades en la naturaleza,
de la tranquilidad y el silencio, sólo roto el 7 de Agosto con su famosa romería de San Cayetano (Patrón de la providencia, del que son devotos numerosa población de la comarca). En alguna de sus
casas aún se conservan los tradicionales hornos de pan moriscos. Allí, y antes de partir, visitaremos la Ermita de San Cayetano, y para iniciar nuestro camino podremos refrescarnos en la fuente,
situada al oeste del pueblo, a la cual se accede por una vereda en la que disfrutaremos de una zona de esparcimiento y descanso junto sus antiguos lavaderos y su alberca con la que se riegan las fértiles
tierras que rodean al lugar. |
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Para iniciar nuestro camino nos situaremos en una vereda ubicada a la izquierda de la Ermita por la que
iniciaremos el descenso que nos llevará a la localidad de Gualchos, en una media hora de camino. En el descenso podremos disfrutar de un hermoso arroyo poblado de Olmos y Álamos y justo encima
observamos los bancales realizados en piedra seca en los que sus pobladores cultivaban viñas, cebada, trigo, maíz, garbanzos, . |
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almendras y hortalizas. Seguiremos por una vereda de herradura de piedra viva por la que podremos disfrutar de fantásticas
panorámicas, tanto del mar, de Castell de Ferro, de su castillo y todo su valle, como de la Sierra de Lujar, y de una flora y fauna variada en la que destacamos algarrobos, palmitos, almendros, pitas, esparto,
cerrillejos, retamas y multitud de plantas aromáticas y medicinales como romero, tomillo, espliego, zajareña y un largo etc., y si tenemos suerte nos cruzaremos con cabras montesas, conejos, perdices y águilas que
sobrevuelan el territorio |
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En un abrir y cerrar de ojos, llegaremos al paraje conocido como la Fuente de la Mina de Gualchos,
(captación de agua subterránea que abastecía a toda la población y actualmente solo a la frente situada en el mismo lugar compuesta por once caños y al pilar de Isabel II situado en la Plaza del pueblo)
en este lugar retornaremos al pasado, lugar de encuentro de la población autóctona, al situarse un antiguo lavadero, actualmente restaurado y convertido en mirador. |
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Desde allí nos adentrarnos en el pueblo de Gualchos, antigua capital del municipio, topónimo de origen árabe que
significa "río de los nogales", donde nos perderemos por el entramado de sus estrechas y encaladas calles, adornadas con todo tipo de flores, sus tejados rojizos oxidados por el salitre del mar; recorrer sus
rincones, detenernos en su iglesia de tradición mudéjar, en honor de San Miguel Arcángel, que ocupa el solar donde se ubicaba la antigua mezquita, deleitarnos con su gastronomía, basada en carnes a la brasa y cocinadas,
como el choto, pucheros, pescado seco y sobretodo una rica repostería de origen árabe. |
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Siguiendo nuestra ruta salimos del pueblo en dirección oeste, caminaremos monte arriba por el paraje de La Loma,
zona de cortijos de gran solera y que por su tranquilidad y belleza es de un atractivo especial, remontando por el acceso de las casas nos acercamos hasta la linde vallada de un coto particular, la cual dejamos
siempre a nuestra derecha, para ir acercándonos al barranco que sin perdida nos encauza a través de una pequeña escalera hecha a golpe de pico y pala y con una baranda fabricada con varas de retama del mismo barranco,
donde descubriremos rincones sorprendentes en los abunda el tomillo, el espliego y el romero, el cual cruzamos por debajo de las zarzas y las numerosas retamas que llegan a alcanzar una altura considerable; a la salida
de este singular barranco llegamos a la cota más alta del sendero, e iniciaremos |
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la subida a Pico Águila; esta subida es de fácil acceso ya que hay una pequeña vereda que llega
justo hasta la cumbre, que con sus 555 metros de altitud es el punto más elevado del municipio. Enclave emblemático, en cuya
vertiente oeste se sitúa la Cueva de las Campanas, un interesante yacimiento arqueológico fechado en la parte final del Neolítico, en la última fase de ocupación de las cuevas como habitat humano.
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Una vez que iniciamos el descenso hasta el Romeral por un sendero de unos cuatro metros de ancho, podremos
disfrutar de toda una serie de panorámicas fantásticas de la costa granadina, desde el disfrute de la inmensidad del mar y el contraste con sus acantilados y calas con encanto, como la de la Rijana, de aguas
cristalinas y fondos marinos de gran belleza, declarado por la Red NATURA 2000 como LIC (Lugar de Interés Comunitario), este paraje dominado por una torre nazarí, que protegía una pequeña pesquería musulmana, ubicada
sobre un yacimiento de época romana. Caminando monte abajo hasta llegar al Romeral y de aquí, hasta de Castell de Ferro, final de ruta. |
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Castell de Ferro,
es un antiguo pueblecito de pescadores y actualmente capital del municipio, situado en la orilla del mediterráneo y bajo la fortaleza que le da nombre, y que se construyó con la finalidad de proteger la ensenada natural
por donde se embarcaba el mineral de hierro extraído de las importantes minas de la Sierra de Lujar, explotadas desde época romana.Se le reconoce así desde principios del S. XIX, con anterioridad se
le atribuyen otros topónimos como "Marsa l-Firruch", "Sayena", "Castil de Ferro", y su nombre actual, realizándose el cambio de "Castil" a "Castell" por la gran cantidad
de catalanes que llegaron a estas tierras después de la Guerra de la Independencia, todos estos nombres teniendo el mismo significado "Castillo de Hierro" En él además de perdernos por sus
empinadas, blancas y adornadas calles, podremos disfrutar de su amplia y limpia playa; todo ello aderezado por una animada plaza y paseo marítimo con numerosas terrazas en las que el buen tapeo, el pescado fresco y las
migas dominan la gastronomía del lugar. |
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